
Cuadro de don Pedro de Valdivia obsequiado por la Reina Isabel II de España, en 1854, a la Municipalidad de Santiago. Autor: F. L. Mandiola.
No soy de los que se entretiene especulando con el concepto del "qué habría sucedido si..." en temas de historia, algo criticado y ridiculizado por el propio Voltaire en algún momento, pero no deja de ser interesante verificar las dificultades que tuvo Pedro de Valdivia para concretar su expedición conquistadora a Chile, incluyendo intentos de asesinato por parte sus propios hombres, y todas las veces que logró sacar adelante su plan a pesar de que cada señal del destino le invitaba a desistir y devolverse sobre sus pasos.
De alguna manera, la empresa de conquista de Valdivia prácticamente fue sacada adelante con todo en contra, merced únicamente a su porfiada obstinación, que a veces -varias, en verdad- le llevó a actuar sin medir costos ni consecuencias, seducido por los objetivos de una misión autoimpuesta.
Como se recordará, la Batalla de las Salinas había tenido lugar el 6 de abril de 1538. En esta contienda, en la que Pedro de Valdivia se desempeño admirablemente como cuartel maestre de Francisco Pizarro, los Pizarro lograron derrotar a Diego de Almagro cuando recién retornaba desde su exploración en Chile, tomando el control de la disputada ciudad del Cuzco y dirigiendo desde allí el resto de proceso de conquista de Perú. Almagro fue vilmente ejecutado después, el 8 de julio, suplicando por su vida y rogando misericordia en vano.