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martes, 23 de agosto de 2016

LOS VIEJOS DESAGÜES PLUVIALES DE LAS CALLES DE SANTIAGO

Esquina de Santo Domingo con Mac Iver, ubicación de la Casa Velasco. Se observa el desagüe de aguas lluvias que aún se encuentra en ese vértice de piedra canteada, aunque ha sido modificado ya su aspecto. Fotografía del Archivo Chilectra, sin fecha, aunque la aproximaríamos hacia 1930 (después de la remodelación de Víctor Heal al edificio).
Con este tema, me permito volver un poco al tema de la historia urbana: los desagües pluviales de las calles centrales de Santiago. Los del Centro son los más antiguos de la capital chilena, aunque cada año parecen tener menos trabajo a causa de los notorios cambios climáticos, que nos han ido apartando la lluvia de antaño.
Lo que vemos exteriormente del sistema, es sólo el imbornal o boca de tormenta, la apertura con rejas voluminosas y gruesas de metal, más una tapa trasera para acceder a la cámara interior, en caso de obstruirse o de requerir mantención. Dichas rejillas son las que, traicionando sus funciones, facilitarían las inundaciones de calles cuando se tapan con basura u hojas secas del otoño... O al menos eso nos dicen las autoridades cada vez que hay anegamientos durante las lluvias de invierno.
Las bocas más antiguas que quedan del sistema son, según parece, las dispuestas en posición vertical en al menos una de sus aberturas y con rejilla en arco, en los bloques de los sardineles y los bordillos de la acera (soleras generalmente armadas con piedra canteada, en esos años) mientras que las posteriores suelen ser sólo horizontales con boca de pozo en el suelo y la rejilla a ras de piso, o bien entradas dobles de boca mixtas pero rejillas más simples.

jueves, 18 de agosto de 2016

HECHOS, MITOS Y MISTERIOS SOBRE LOS PASADIZOS SUBTERRÁNEOS DE LA ORDEN DE SAN AGUSTÍN EN SANTIAGO

En los tiempos de Vicuña Mackenna, se creía que la construcción esquinera que alcaza a aparecer en esta imagen antigua, había sido la propia casa de la famosa Catalina de los Ríos. Ella estaría sepultada en algún lugar dentro del templo.
Coordenadas: 33°26'27.42"S 70°38'56.50"W (Iglesia de San Agustín) / 33°26'31.87"S 70°39'4.99"W (Iglesia de las Agustinas)
Recientes hallazgos de pasadizos subterráneos en Limache y en la calle Erasmo Escala de Santiago, han devuelto la atención sobre este asunto de las galerías secretas de ciertas órdenes bajo nuestros pies, tema con frecuencia sazonado con los inevitables condimentos de la fantasía y, en otros casos, con deliberada falta de honestidad.
Pueden tratarse muchos reportes, quizás en la mayor parte de las veces, sólo de antiguos desagües o de cámaras de derivación hechas con piedra canteada y ladrillo, parecidos en su fábrica a los tajamares coloniales del río Mapocho: estoy casi seguro de que sería el caso del que salió a la luz en Erasmo Escala, al igual que otros descubrimientos muy parecidos en Chillán, quizás también en el mercado viejo de Arica y otros supuestos en la Aduana de Iquique, aunque hayan sido interpretados -en todos los casos- como parte de redes de túneles coloniales perdidos.
Sin embargo, hay otros casos verificados como el de las cavas de calle Lira, las "catacumbas" de Valparaíso o del misterioso túnel enladrillado que se ubica abajo de la fuente de entrada del Cerro Santa Lucía, en los que definitivamente parece haber un antecedente real de las que podrían ser estimadas como estructuras subterráneas hechas por manos humanas en tiempos coloniales o hasta el siglo XIX.

lunes, 8 de agosto de 2016

LOS ANALES DEL SÁNGUCHE DE POTITO

Elizabeth González, más conocida como doña Eli de Pudahuel, con su carro de sánguches de potito en Alameda con Bulnes para el Día del Trabajador. Habitualmente los vende en el Hipódromo y el Club Hípico. Fuente imagen: diario "La Cuarta" (año 2013).
Recientemente, en abril de 2016, el solicitado pero vilipendiado sánguche (sándwich) de potito apareció mencionado entre los cuatro principales "platos de la cocina urbana de calle" del informe titulado "Gastronomía y Marca País: 14 cocinas chilenas", de la Gerencia de Estudios de Imagen de Chile. Compartió honores con el completo, la sopaipilla y la empanada.
Aunque sea una especie de sándwich con culto propio en nuestros estratos más populares, nunca he olvidado la cara de espanto de una turista europea en nuestra Plaza de Armas de Santiago, durante un evento de Navidad, cuando vio esa bandeja gelatinosa y de aspecto membranoso en un típico pequeño puesto de venta de sánguches de potito, mientras la gorda cocinera soplaba con un cartón las brasas bajo la misma. Si alguien se hubiese tomado el trabajo de explicarle qué era esa carne allí cortada en pequeños trozos junto a las longanizas, probablemente su impacto habría pasado a ataque de histeria.