
Pocos hombres cultos y con formación literaria seria, pueden haber sido tan supersticiosos y crédulos como lo fue José Santos Chocano Gastañodi... Al mismo tiempo, pocos hombres supersticiosos y crédulos pueden haber sido tan desgraciados como para arruinarse con el autocumplimiento de sus mismos temores y fantasías sobre el número 13 y los tesoros enterrados en lugares perdidos.
Chocano era un hombre complejo, de personalidad un tanto dispersa y explosiva, además de un egocéntrico absoluto. Joaquín Edwards Bello lo definió como "sobrio, de higiénicas costumbres, animado de un viejo espíritu de familia, amante y tierno dentro de su hogar". Jamás evitó las fiestas, la vida social ni las adulaciones, pero era extremadamente sensible a la crítica, además de ambicioso, sin que la fortuna lograra sonreírle a todos sus esfuerzos.
Su poesía épica y americanista era grandilocuente y muy floreada, hasta la exageración estridente según sus críticos, ganándose el apodo del "Cantor de América", por su poema "Blasón", quizás el más importante de su carrera. Sólo se le comparó con los más grandes del oficio literario en Perú, como Ricardo Palma y César Vallejo.