
Coordenadas: 33°19'38.12"S 70°43'45.43"W
Don Gabriel Lira es un personaje en todos sus aspectos y manifiestos. Tiene ese aire de los antiguos patrones de campo en sus formas y su lenguaje con cargas de picardía. Hospitalario, atento y con una velocidad asombrosa para responder con chistes improvisados o distender situaciones sacando risas mientras finge hablar con seriedad, no sabe exactamente cuál es su inclinación profesional: responde que es "algo así como arquitecto agrícola", para decir que un poco de todo y a la vez nada. Es que sus padres lo obligaron a entrar a la Escuela Militar para rectificar su desordenado estilo de vida, cuando joven, escalando varios grados antes de retirarse "justo a tiempo", según acota aludiendo a aquella contingencia histórica.
Desde entonces, el Sr. Lira se dedicó a la gerencia de empresas, la minería, y también a los estudios históricos y la investigación de su onerosa pero gratificante pasión: el coleccionismo de automóviles.
Una vida como viajero, coleccionista y hombre de mundo ha llenado su agenda de nombres ilustres y de personajes notables de la historia chilena, además de innumerables contactos que le han servido para enterarse de la existencia e ir adquiriendo nuevos ejemplares para su exposición. Es de esas personas que siempre conocen alguien en el lugar, ciudad o ambiente que uno mencione. Además, su encanto con las tuercas y las bujías es mucho más profundo que sólo comprar y poseer: con la misma energía repara sus piezas, las devuelve a la vida con sus mecánicos expertos, a la vez que indaga, clasifica y recolecta información tanto a nivel técnico e histórico sobre cada modelo, como también sobre la historia particular de cada ejemplar conseguido.
Hace unos años, en 2003, viendo don Gabriel que sus joyitas se acumulaban atrayendo a los curiosos mientras su participación en el negocio minero se reducía, comenzó a imaginar la posibilidad de establecer un lugar propio para mostrarlas al público involucrándose así en labores de corte más cultural y social. Así decidió crear su propia Fundación Lira para respaldar la exhibición de automóviles en un amplio galpón de Quilicura: su Museo de Autos Antiguos de Chile.