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jueves, 26 de febrero de 2015

LA "GRAN AVENIDA" DE 1783: EL DÍA QUE EL RÍO MAPOCHO CASI DESTRUYE SANTIAGO

Detalle de los tajamares y los barrios a ambos lados del tramo del río Mapocho cercano al Puente de Cal y Canto, ubicado al centro, en ilustración de fines del siglo XVIII perteneciente al artista italiano Fernando Brambilla, de la famosa Expedición Malaspina. Todo el sector que se observa en las riberas del río fue azotado por el turbión de 1783.
Coordenadas:  33°25'57.94"S 70°39'0.42"W (paso del río Mapocho por la ciudad)
La convivencia de la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo con el Río Mapocho ha sido siempre difícil y con momentos de dramática dificultad, al punto de que alguna vez hasta se pensó en mudar la ciudad completa lejos de su ribera. Una de esas ocasiones fue particularmente compleja para el futuro de la urbe, cuando el Mapocho arrojó un azote descomunal contra ella, golpe cuya violencia y consecuencias quizás no se veían desde la destrucción de la naciente ciudad por las huestes de Michimalongo en 1541, salvo por los casos de los grandes terremotos.
Este formidable embate del Mapocho tuvo lugar el 16 de junio de 1783 (aunque hubo informando mal la fecha, trasladándola al día 3 o incluso a julio) y presenta algunas analogías con el ataque que el mismo río le hizo a su ciudad en agosto de 1888 y, otros cien años después, entre junio y julio de 1982 en casi dos siglos exactos, con violentas salidas de madres del cauce de agua en medio de grandes temporales que afectaban a la Zona Central.

miércoles, 18 de febrero de 2015

LA "CUESTIÓN SOCIAL" DE LOS PERROS EN LA HISTORIA DE CHILE: UNA SÍNSTESIS DESDE LA CONQUISTA HASTA NUESTROS DÍAS

Dantesca escena de los crematorios de cuerpos de la Perrera Municipal de Santiago, en imagen de la colección de Editorial Zig Zag de 1965, actualmente en el Museo Histórico Nacional.
“Un perro ató su aullido / a la Cruz del Sur”
(Giordano Leporati, versista porteño, 1942)
Hace algunos años, en 2009, publiqué acá un largo artículo dedicado a la relación de Santiago de Chile con los perros a lo largo de su historia, divido en tres capítulos: uno dedicado a la relación simbólico-heráldica de los perros con nombre de Santiago del Nuevo Extremo, otro más extenso concentrado en la historia de los perros en Chile con énfasis en la capital, y finalmente, uno relacionado con el redescubrimiento y revaloración del quiltro expresada en el reconocimiento formal del fox terrier chileno como auténtica raza canina.
Ha pasado bastante desde entonces con relación al tema, y muchas de las cuestiones que allí mencioné como parte del mismo asunto, se han mantenido o han empeorado, especialmente en lo relativo a la situación de los perros abandonados y la cada vez mayor irresponsabilidad social para con los deberes de la tenencia de mascotas.
No es de extrañar en este deplorable escenario, entonces, en este mismo período hayamos conocido de disposiciones edilicias prohibiendo alimentar perros callejeros con amenazas de fuertes multas, como sucedió en Santiago Centro y Valparaíso; o que masivas matanzas de canes hayan terminado incluso en tribunales, como fue el caso de la ejecutada por funcionarios municipales de la comuna de San Joaquín, con uno de los primeros videos-denuncia que se volvieron virales sobre este tema. El escándalo más reciente dice relación con las autorizaciones a la caza de perros asilvestrados, medida del  Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) que actualmente se encuentra suspendida y en revisión por la fuerte protesta pública que generó.
No es mi interés, por ahora, hacer sesudos juicios éticos o filosóficos sobre la situación descrita, pero sí quisiera abordar con esta primera parte de un ciclo nuevo de artículos, una visión cultural e histórica sobre los perros aunque mucho más amplia que aquella que asumí hace seis años, ahora dedicada a Chile en general y partiendo con una exposición sucinta de los antecedentes de la "cuestión social" de los perros en nuestro país desde sus orígenes, ya que hasta aquellos años puede rastrearse el problema.

viernes, 6 de febrero de 2015

ROMANCE DE LOS TRANVÍAS POR EL BARRIO MATTA DE SANTIAGO

Famosa fotografía de un poste de teléfono caído sobre un tranvía de la Línea 15 "Matadero", en San Diego llegando a Matta, en los años veinte. Atrás se ve el Teatro Esmeralda. Imagen del Archivo Chilectra.
Coordenadas: 33°27'34.56"S 70°38'56.97"W (Avenida Matta)
Es poco conocido el que muchos de los más recordados nombres que identificaban a los desaparecidos recorridos de locomoción colectiva, alguna vez tan populares en la Avenida Manuel Antonio Matta y sus alrededores (como “Matadero Palma”, “Recoleta-Lira” y “Avenida Matta”), en realidad fueron heredados al sistema de los microbuses por el anterior reinado de los tranvías y trolebuses en nuestras calles, esos clásicos carros que llenan de nostalgias los retratos fotográficos más antiguos de la ciudad de Santiago.
Por su propia naturaleza como ruta de conexión por las márgenes de la capital de entonces y nacida como Camino de Cintura Sur (fusionándose además con la llamada Alameda de los Monos), Avenida Matta y sus barrios adyacentes quedaron incorporados casi desde su origen al sistema de tranvías, al mismo tiempo en que crecían los vecindarios conforme aumentaba la urbanización y con ello la demanda de los pasajeros para el transporte. El florecimiento de barrios bohemios como San Diego, la construcción de cines y teatros, el apogeo del pecaminoso sector de Los Callejones y el crecimiento general de la ciudad hacia estos territorios, proveyó al viejo tranvía de una cantidad considerable de usuarios y de relucientes líneas tiradas sobre los adoquines oscuros de sus avenidas, convirtiendo a Matta en un importante paso del tráfico conectado a Estación Central, Alameda, Plaza de Armas y Barrio Mapocho. De hecho, la propia empresa del Ferrocarril Urbano tuvo galpones o talleres por el sector.