_____________________

_____________________

miércoles, 15 de junio de 2011

ESTE ARTÍCULO VALE CALLAMPA

La expresión chilena "valer callampa" es muy recurrida para referirse a algo que no tiene cuantía, resulta inútil, decepcionante, no cumple expectativas mínimas o simplemente no vale nada. Sin embargo, al contrario de lo que hace creer un extendido error, no tiene relación alguna con el sentido fálico que algunos creen o quieren otorgarle (la asociación del órgano masculino con la forma de un hongo).
El profesor y lexicólogo Jaime Campusano ha explicado en más de una ocasión el verdadero origen del concepto y el término "valer callampa": proviene en realidad de los clásicos flippers o pinballs que acompañaban a los videojuegos en los centros de entretención de los años ochenta y noventa, y que tenían dentro de su tablero unos dispositivos automáticos que sólo servían para hacer saltar la bolita de acero sin dar un solo crédito al marcador o bien otorgando muy poco puntaje, casi exiguo.
Sucede pues que, por su forma característica parecida a un hongo, estos topes técnicamente llamados popbumpers o sólo bumpers, eran conocidos en el ámbito popular, juvenil e infantil de esos años como "callampas", desde donde surgió la expresión de "valer callampa" para referirse a valer poco o nada, dato que aparece confirmado también en el sitio web de la Comunidad Chilena de Coleccionistas de Flippers, en enero de 2011.