
Han sido varias las figuras de nuestra historia
imputadas con el escalofriante cargo de seguir llenando episodios de la
vida chilena después de muertos, con sus fantasmas y sus ánimas penando
por pasillos, edificios públicos o viejas bibliotecas.
La Quintrala, Manuel Rodríguez, Andrés Bello,
Diego Portales y varios otros han reaparecido en las páginas de los
terrores de la ciudad de Santiago.
Existe un caso notable entre ellos. Uno que
creíamos sólo una leyenda popular hasta que lo vimos reconocido por el
excelente trabajo titulado "Historia i tradiciones del Cementerio
Jeneral de Santiago", de Justo Abel Rosales, publicado en 1890.
En el libro de Rosales hay un registro casuístico
de supuestas apariciones y espectros acosando a los visitantes del
camposanto, incluyendo algunas historias que, hasta el día de hoy,
forman parte del legendario en el territorio de esta isla de muertos
enclavada en el ex barrio de La Chimba. El que nos distrae de ellos
destaca, sin embargo, por involucrar al destacado político chileno
Manuel Antonio Matta, que lideró los movimientos reformistas de mediados
del siglo XIX y sentó las bases fundacionales del radicalismo en Chile.
Una de las arterias más importantes de nuestra ciudad lleva hoy su
nombre, en el barrio Matadero.