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martes, 20 de octubre de 2009

UNA HISTORIA A ESPALDAS DE UNA ESTATUA: EL CURIOSO SECRETO DEL "CAUPOLICÁN" DE NICANOR PLAZA EN EL SANTA LUCÍA

Vista de "Caupolicán" del Santa Lucía, en 1929. La ciudad de Santiago aún esta comenzando a crecer verticalmente tras su espalda, y los primeros grandes edificios ya empezaron a competir con la altura de las grandes iglesias y catedrales de la capital.
Coordenadas: 33°26'27.20"S 70°38'38.58"W
"Caupolicán" se constituye en la historia del arte como una de las obras escultóricas más famosas de Santiago y de todo Chile, además de ser la popularmente más conocida del pionero de la escultura chilena, Nicanor Plaza (1843-1918), el mismo autor de innumerables otros trabajos, incluyendo los desaparecidos perfiles de bronce con los rostros del Monumento de los Historiadores de la Independencia y varias otras piezas ornamentales de la ciudad.
Hay algo solemne en esta figura que, por décadas, se ha creído retrata a nuestro Hércules araucano, el mismo toqui que se echara al hombro un tronco durante toda una noche, motivando a don Alonso de Ercilla a registrar su epopeya en "La Araucana". Sin embargo, hay discusiones desde hace mucho al respecto.

jueves, 15 de octubre de 2009

ROMUALDITO: LA ACLARACIÓN DEL MITO EN TORNO A LA MÁS POPULAR DE LAS ANIMITAS DE SANTIAGO

Coordenadas: 33°27'7.66"S 70°40'48.89"W (animita) 33°24'57.61"S 70°38'46.44"W (tumba)
Ya hemos hablado del contenido pagano y popular en el culto a las "animitas" en Chile, particularmente cuando nos referimos en un anterior posteo a la famosa tumba de la Carmencita del Cementerio General, la supuesta "niña" muerta tras una violación que, en realidad, era una mujer adulta al momento de morir y probablemente había oficiado incluso como trabajadora sexual, lo que no le privó de ofrecer las capacidades milagrosas postmortem que se le atribuyen, hasta hoy, para conceder favores.
La más famosa de las animitas de Santiago, sin embargo, también tiene una historia parecida de idealización y de virtual canonización angelical, que nos permite identificar algunos rasgos comunes en el credo popular sobre el mito del ánima.

martes, 6 de octubre de 2009

LOS LEONES DEL SANTA LUCÍA: MUDOS RUGIDOS DE UNA LARGA HISTORIA

Aspecto del Castillo Hidalgo en 1874. Detalle de los leones dispuestos en las escalas de entrada, donde originalmente habían sido colocados.
Coordenadas: 33°26'21.56"S 70°38'35.99"W (ubicación antigua) / 33°26'25.07"S 70°38'40.19"W (ubicación actual)
Por el lado de la antigua calle del Bretón, actual Santa Lucía y justo frente al empalme con Agustinas, se encuentra aquél acceso que, antaño, fuera el principal en el paseo del cerro. Dos leones de magnífico aspecto lo vigilan desde hace un siglo, uno a cada lado de la entrada. Sin embargo, su historia y su presencia en el paseo del Cerro Santa Lucía se remontan a los orígenes del mismo, cuando estaban ubicados en un sitio muy distinto dentro del conjunto.
Los leones son de hierro, de grandes proporciones y de un diseño confrontado como los felinos de la Plazuela de los Leones en Providencia; es decir, uno está en una posición opuesta a la del otro, aspecto que es propio de las figuras ornamentales que se conciben para ser colocadas a ambos costados de un acceso o de un pasadizo. Su aspecto parece ser de inspiración oriental, aunque de figurativismo realista europeo. Ambos tienen bajo su mano una esfera, característica muy propia de las representaciones chinas de leones, pero parecida también a la posición del León Suizo de la Alameda Bernardo O'Higgins, con la diferencia de que este último tiene un escudo chileno en lugar de la bola metálica.
Originalmente, la empresa fundidora francesa que los hizo, la Val d'Osne de París, les llamaba en sus catálogos como "Lion a la boule", aunque la definición usada por el Intendente Benjamín Vicuña Mackenna (quien encargó traerlos desde Francia), sin embargo, es modelo de Cánova, según anota en el "Álbum del Santa Lucía" publicado en 1874, poco después de haber arribado estas dos piezas en el país para formar parte de la decoración del cerro. La alusión puede ser al escultor italiano Antonio Cánova, uno de los principales difusores del neoclasicismo europeo en el siglo XVIII y cuyo estilo artístico era, precisamente, el figurativismo de inspiración clásica y mitológica, con fuerte acento en el dramatismo y la expresividad de las imágenes. El modelo de diseño corresponde al mismo de los leones de Medici que existen en Florencia, de los que sobreviven copias escultóricas en el Parque Italia de Valparaíso, las que a su vez habían pertenecido al Teatro Victoria
Como no podían faltar, no han escaseado en nuestros días los fantasiosos que creen ver en estos leones a supuestos "trofeos de guerra" traídos desde Lima por la soldadesca chilena durante la Guerra del Pacífico. Este tema se nos repite con una majadería enfermiza en muchos ornamentos de la ciudad, especialmente los más populares y valiosos, por extraña coincidencia.

viernes, 2 de octubre de 2009

ALFONSO CALDERÓN: DESDE EL BLANCO Y NEGRO ESCRIBIENDO A COLORES

Este año 2009, la cultura nacional ha pasado especialmente de luto: no llegarán a estar con nosotros en las celebraciones del Bicentenario el actor Jorge Guerra, el humorista Chicho Azúa, la actriz Yoya Martínez, el folklorista Lalo Parra, la folklorista Carmencita Ruiz, la actriz Helvecia Viera, el escritor Miguel Serrano, la escritora Matilde Ladrón de Guevara, el investigador Gerardo Claps, el cronista Sergio Ramón Fuentealba, el naturalista Juan Grau, el historiador Ascencio Ronda Gayoso, el músico Rhino González y el actor Emilio Gaete, entre algunos más.
Y otro de los que también partieron este año, con ellos, fue el cronista, novelista, poeta y antólogo Alfonso Calderón, peso-pesado en las artes escritas nacionales.