_____________________

_____________________

viernes, 31 de julio de 2009

"CLUB COMERCIO ATLÉTICO": EL REFUGIO DE LAS CUECAS DEL BARRIO MATADERO

Coordenadas: 33°27'36.72"S 70°38'56.32"W
Hay todo un mundo detrás de esa vieja puerta y por el estrecho pasillo de calle San Diego 1130, casi en la esquina de Avenida Matta. Un mundo antiguo, con ese infaltable aroma de lo fantasmal y nostálgico. Es un universo de color sepia, como de hombres usando ese fino bigotito de las fotografías antiguas y sobrero de hallulla.
Hubo una época en que este sector de los barrios céntricos estuvo lleno de cotizados restaurantes, cafés y bares, famosos en todo Santiago. Por aquí hacia la entrada de San Diego existió el "Miss Universo", frecuentado por escritores de la elogiada Generación del '38, como Miguel Serrano, Eduardo Anguita y Teófilo Cid, además del prematuramente fallecido Jaime Rayo. Y más próximo aún al club de Matta que nos interesa se encontraba el "Volga", donde se desencadenaron los hechos sangrientos que costaron la vida al joven escritor Héctor Barreto, miembro de esa misma generación literaria. En la esquina de San Diego con Matta estaba el "Chantecler", viejo antro frecuentado por rufianes como El Nimbo, del barrio Los Callejones, además de otros boliches igual de poco luminosos mencionados por Armando Méndez Carrasco en su "Chicago Chico".

domingo, 26 de julio de 2009

MAUSOLEO DE JOSÉ MANUEL BALMACEDA: LA CANONIZACIÓN ESCOLAR DE UN INFORTUNADO EX PRESIDENTE

Otra fotografía antigua con el aspecto original del mausoleo, publicada en la propia página web del Cementerio General de Recoleta.
Coordenadas: 33°24'50.45"S 70°38'57.60"W
La pasada noche del 21 de julio de 2009, el noticiario de Mega hizo un pequeño reportaje sobre la suerte de animita que los escolares chilenos han encontrado en el mausoleo del ex Presidente José Manuel Balmaceda, por el Patio 67 del Cementerio General, en O'Higgins con Primera de Tilo. Conocí este fenómeno hace sólo unos meses, durante el verano, cuando tomé estas fotografías y comencé a preparar un posteo. Como Mega ha aportado ya lo suyo con vivo interés, prefiero adelantar ahora esta entrada, con el tema aún "calentito" y ante la necesidad de rectificar algunas de las afirmaciones allí vertidas.
Nadie sabe cómo comenzó exactamente la costumbre de solicitar favores a Balmaceda. Los hacen rayándolos en las paredes de la estructura o bien arrojándole papelitos con las solicitudes al interior de la cámara mortuoria, donde también reposa su distinguida esposa doña Emilia Toro.

martes, 21 de julio de 2009

EL ÑUÑO: LA FLOR PERDIDA DE ÑUÑOA

Es una lástima que el Escudo de Armas de la Municipalidad de Ñuñoa no lleve ninguna referencia a las florcitas llamadas ñuños, símbolos de esta ex comarca semi-rural de Santiago. De hecho, aparecen en él las ya sobreexplotadas flores de Liz, mas ninguna referencia a las que le dieron el nombre a la comuna.
Hubo una época en los noventa, durante la alcaldía de Pablo Vergara, en que se incentivó entre los educandos del barrio algunos concursos de dibujo, en que los niños imaginaban la misteriosa flor de ñuño. Sin embargo, con el paso del tiempo esta iniciativa se fue perdiendo y el enigma de la flor de Ñuñoa volvió a la penumbra, al claroscuro de la conciencia colectiva.
El ñuño se ha convertido en el arquetipo de la Flor Inexistente de la comuna de Ñuñoa, tal como la imagen poética desarrollada por el fallecido escritor nacional Miguel Serrano: una flor que no existe, que no está físicamente dispuesta a la vista de quien la busca, pero que sigue más presente y es más real que todas las flores de todos los jardines del mundo. Ya hemos tratado este tema en otras partes del blog, pues el símbolo trascendente de la flor inexistente se repite con curiosa frecuencia en las vertientes culturales y folklóricas de la capital chilena. Cada vez que Ñuñoa evoca a su propio nombre, entonces, lo hace también al mito de la flor perdida, del ñuño, de Ñuñohue, y de todo el cordón dorado del tiempo en la historia de Santiago, desde llegada de los conquistadores y aún antes.

lunes, 13 de julio de 2009

LAS NIEBLAS DE MARÍA LUISA BOMBAL

Hay algo cautivante en las fotografías de la joven María Luisa Bombal. Sin ser particularente bella, bajo esa chasquilla corta, de niñas traviesa, sus ojos parecen vivos, observantes, como si la hubiesen congelado en medio de una sesión de hipnosis. "Ojos de venadito asustado", como ella misma los describe en uno de sus personajes, por boca de otro. "Criatura tan preciosa como fantástica", al decir de Hernán Díaz Arrieta, Alone.
Su belleza triste, trágica, de rostro melancólico, parece transportar hasta sus propios años, hasta sus amarguras, sus tristezas y desgracias, las que siempre marcaron su convulsionada vida, por algún terrible sino de fatalidad.
Una mujer que amó mucho; perdidamente, y se vio condenada a renunciar. Una escritora que, como la miel, concentró la calidad sobre la cantidad, recibiendo en reconocimiento apenas unos cuantos premios que sólo la alejaron del Nacional de Literatura, que jamás le fue concedido. Haberla conocido tanto su obra como parte del secreto que había en esos ojos que sólo puedo ver en fotografías en blanco y negro, es otro de los tantos favores que le debo a mi querido profesor de juventud, don Domingo Espejo.
María Luisa fue sobrepasada por la vida. Por la vida y por la muerte. Hasta intentó matarse y matar, estrangulada de amor. Fracasó en ambas empresas.

viernes, 10 de julio de 2009

HISTORIA DE UNA ROCA GIGANTE DERRUMBADA DESDE EL SANTA LUCÍA

Coordenadas: 33°26'26.54"S 70°38'40.35"W
En nuestra última entrada, vimos algo sobre la historia del Cerro Santa Lucía desde sus orígenes geológicos hasta poco antes de ser convertido en paseo por iniciativa del Intendente Benjamín Vicuña Mackenna.
A esa etapa de la historia del cerro corresponde el caso de una roca gigantesca que se desprendió desde su ladera poniente, en el pasado, pero que por su pintoresca y curiosa situación hemos dedicado esta entrada especial.
Noticias interesantes sobre esta roca se reportarán en 1647, con el terremoto que ese año echó abajo a los adobes de casi toda la floreciente ciudad de Santiago. Cuenta el Padre Diego de Rosales en su "Reino de Chile. Flandes Indiano" (1674) cómo fue que durante el temblor cayó desde la ladera Poniente del cerro una piedra descomunalmente pesada:

miércoles, 8 de julio de 2009

EL HUELÉN NEGRO: PRIMERA ETAPA DE LA HISTORIA DEL CERRO SANTA LUCÍA (1540-1852)

Santa Lucía del siglo XVIII, basado en el plano de Santiago de Frezier (1712).
Coordenadas: 33°26'26.04"S 70°38'37.02"W
Hace tiempo que debemos un posteo sobre el Cerro Huelén o Santa Lucía, de nuestra capital. Hemos hablado varias veces de él: de sus jarrones decorativos, de sus esculturas ornamentales, de sus obras artísticas extraviadas e incluso de algunas de sus leyendas y mitos. Mas, hemos evitado concentrarnos -quizás por procrastinación- en su larga historia como símbolo natural y cultural de la ciudad de Santiago. Es hora de pagar la deuda, aunque sea en cuotas.
Hemos concluido, entonces, en que la única forma de hacerlo sería dividiendo la historia del cerro en al menos tres períodos, inspirándonos en la trilogía marciana del escritor gringo Kim Stanley Robinson, que titula ingeniosamente sus libros con los colores de las tres etapas de colonización humana de Marte: rojo, azul y verde. Así, la historia del Santa Lucía puede reconocerse en períodos bastante definidos, coincidentes con el colorido que el cerro le ofreció al espectador en cada una de sus "eras": su época de cerro negro (de aridez desnuda), su época de cerro tinto (con ladrillos y muros) y, actualmente, su época de cerro verde (un parque con vegetación).
Su primera etapa, como podrá adivinarse, está en el umbral de la historia natural del cerro y su incorporación a los registros históricos de las crónicas, hacia la llegada de los españoles y hasta las primeras décadas de la vida republicana nacional. Es el período más rústico y lejano de todo el camino que, en cierta forma, condujo a su declaración como Monumento Histórico Nacional, el 16 de diciembre de 1983, por Decreto N°1636 del Ministerio de Educación Pública.
Ésta es, en otras palabras, su historia de integración en la creciente ciudad de Santiago de Chile. Revisemos un poco de esta parte de su semblanza.

domingo, 5 de julio de 2009

EL POETA POBRE DE LAS TAPAS CALLEJERAS

Ubicación de la tapa "poética" de Plaza Italia, en el sector Baquedano. Al fondo en la fotografía puede verse el Monumento de la Colonia Italiana. Miles de personas transitan por este lugar diariamente y casi nadie ve ya lo que está escrito en la tapa. Este extraño estilo de mensajes en espacios urbanos no coincide con ninguna de las categorías de graffiti o tagging que se aceptan como "oficiales".

El cuadro titulado "El Poeta Pobre", del artista alemán Carl Spitzweg, quizás sea uno de los más bellos que se conocen dentro del movimiento romántico del siglo XIX. Tiene un aire quijotesco, como de la obra magna de Cervantes y Saavedra, al presentar a través de una descripción caricaturesca algo que, en realidad, encierra un profundo y doloroso drama en torno a la extravagancia del personaje.

En Santiago, curiosamente, tenemos también un caso de dramas risueños: un (pseudo) poeta de tapas metálicas que, careciendo de la elegante pluma de ganso colocada en tintero de porcelana, se vale del humilde chispero de la soldadora al arco que le da sustento para registrar sus bellos desvaríos de corazones rotos, de amores idealizados y de lirismos ingenuos, dignos quizás de un aprendiz en las artes escritas que, sin embargo, considera tener mucho que decir, entusiasta, con sus frases de niño enamorado similares a las que uno podría encontrarse en las paredes de un baño público, aunque con más pasión íntima.

¿Quién o quiénes son los poetas de las tapas? ¿A quién se le ocurrió escribir versos en tapas metálicas de los innumerables ductos que recorren el subsuelo de nuestra ciudad? Sí habemos, sin embargo, quienes nos detenemos a leer aquello que fue concebido para ser pisado: recuerdo cuando niño en la escuela básica (cuando la altura nos ponía más cerca del suelo), cómo íbamos leyendo por Gran Avenida José Miguel Carrera estas tapas situadas en el sector de Pedro Aguirre Cerda, mientras volvíamos a casa con mis compañeros Pier y Santiago. ¿Será, acaso, una tradición de poetas de tapas haciendo lo suyo desde esos años, en los ochentas o antes?

"El poeta pobre", de Carl Spitzweg. Acá en Santiago de Chile, parece ser que tenemos un poeta todavía más pobre que el de la hermosa imagen del pintor alemán.

Desde temprano, entonces, conocí esos versos adolescentes, como de una canción de Los Beatles, en las calles viejas de Gran Avenida, siempre acompañados de los esbozos de palmeritas tropicales que logra el escaso pero prolífico talento artístico del soldador con las dificultades de intentar dibujar con la barra de soldadura de la máquina.

En Santiago Centro existen varias obras del poeta de las tapas, del poeta pobre de Chile. El de nuestro centro capitalino firma en semi-anonimato: "JRC" ó "RC" (a veces cuesta leer su monograma). Con un poco de voluntad podríamos averiguar de quién se trata, dando a través de la Municipalidad con la empresa encargada de la mantención de estos ductos... Pero, sinceramente, preferimos mantener el misterio y no matar la magia. Él también lo quiere así, quizás, porque nunca pone más que sus iniciales.

"JRC" también es adicto a esas palmeritas infantiles, gaviotas playeras y caritas felices decorando sus toscos diseños surgidos, según me parece, de la necesidad original de darle textura y relieve a estas tapas metálicas para impedir que queden resbalosas bajo los pies que las pisan, especialmente en días de lluvias. En las más grandes, el autor coloca un registro que, supongo, corresponde al número de la pieza, en el rincón derecho inferior. Las más nuevas están fechadas recién en el año 2006.

Dicen algunos de sus poemas que hemos encontrado, aunque originalmente liberándose de las cadenas de la buena lectura y de las normas de acentuación:

 

Coordenadas: 33°26'23.32"S 70°39'7.01"W

"Es la realidad de la vida, todos de algún modo sabemos amar" (Tapa de calle Huérfanos cerca del cruce con Bandera, a la entrada de la Galería Gran Palace, numerada como la 289).

 

Coordenadas: 33°26'13.34"S 70°38'7.57"W

"No me puedo explicar cómo tanto te puedo amar" (Tapa de la esquina punta de diamante de Alameda con Merced, junto a Plaza Italia, numerada como la 258. Fíjense que alguien, quizás otro soldador, saboteó las letras "do" de la palabra "puedo" e hizo con ellas un típico dibujo obsceno, de sentido fálico).

 

Coordenadas: 33°26'35.75"S 70°38'25.66"W

"Si alguna vez te sientes solo, cierra los ojos y verás que no lo estás" (Tapa de calle Diagonal Paraguay pasada la esquina de Avenida Portugal, junto al supermercado "Santa Isabel", numerada como la 149).


Coordenadas: 33°26'13.40"S 70°39'9.57"W

"Te quiere a ti" (Tapa de calle Bandera entre Catedral y Santo Domingo, no numerada. Nótese ahora que la mitad de la tapa está hecha con los restos de un ex cartel de señalización de la calle Agustinas, así que este puede ser sólo la mitad del mensaje original que había en la tapa).

 

Coordenadas: 33°26'4.73"S 70°39'0.69"W

"Lo mejor que me ha pasado, fue el encontrarte a ti". Tapa ubicada en calle Esmeralda esquina 21 de Mayo, cerca del Mercado Central. Está fechada recién en el año 2007.

Coordenadas: 33°26'5.31"S 70°38'34.96"W

"El castigo del que bien ama, es amar toda la vida - Tú y yo", numerada con el 152 y fechada en 2002, con palmeritas, corazones y todo, en Parque Forestal cerca del Palacio de Bellas Artes , allí en la esquina de José Miguel de la Barra con José María Caro.

 

Coordenadas: 33°26'26.56"S 70°39'2.97"W

ACTUALIZACIÓN: "Dios creó al hombre al sexto día para disfrutar 5 días de una creación hermosa - Tú y yo". Una de las esquinas más importantes de Santiago también tiene, así, una de las tapas más poéticas de nuestro anónimo y creativo autor: Ahumada esquina Agustinas. Es también una de las tapas más maltratadas y probablemente no le quede mucho ya ahí. Está numerada como la 182.

 

Coordenadas: 33°26'18.72"S 70°39'29.41"W

ACTUALIZACIÓN: "Ni contigo, ni sin ti, tienen mis penas fin. Contigo porque me matas y sin ti porque me muero". Tapa ubicada en calle San Martín entre Catedral y Compañía, frente a la Plaza Santa Ana. Numerada como la 45 y con fecha de 1996.

 

Coordenadas: 33°26'53.95"S 70°39'12.42"W

ACTUALIZACIÓN: "No me dolió tanto perderte, sino el saber que no me querías"... Tapa fechada recientemente, el año 2006, pero numerada como la 91. Está ubicada en calle Nataniel entre Tarapacá y Olivares, frente al Gimnacio Nataniel.

 

Coordenadas: 33°26'49.41"S 70°39'56.99"W

ACTUALIZACIÓN: "Sin ti será inútil vivir como inútil será quererte olvidar", también fechada en 1996 y numerada como la 92, ésta se encuentra en Alameda casi esquina Concha y Toro, frente al Teatro Carrera, al parecer basándose en la letra de una canción (gracias a Sary por el dato).

Coordenadas: 33°26'49.31"S 70°40'41.74"W

ACTUALIZACIÓN: "La alegría de estar a tu lado, es saber que tú estás junto a mí", en tapa fechada el año 2003 y numerada como la 188. Se encuentra calle Chacabuco a escasos metros de la animita del "Virola" (Héctor Andrade), entre las calles Romero y Erasmo Escala, cerca de la Alameda y la Estación Central.

 

Coordenadas: 33°27'28.51"S 70°38'57.71"W

ACTUALIZACIÓN: "No importa la distancia ni el tiempo, mi corazón siempre estará junto a ti". Firmada el año 2000, numerada como la 116, y ubicada en calle San Diego entre Coquimbo y Aconcagua, en la vereda oriente.

Así, el poeta de las tapas, nuestro pobre poeta que escribe desde su taller de soldadura y no desde la pieza arrendada en el ático que se llueve sola en el cuadro de Spitzweg, ha atacado en innumerables rincones de la ciudad donde miles de transeúntes circulan a diario y, sin embargo, pocos tienen tiempo para detenerse a leer sus oníricas y amables fantasías, haciendo un poco más grata esta trinchera de guerra vestida de ciudad...

Y habrá quizás aún menos que se pregunten por quién es el misterioso versista y las motivaciones de su extravagante pero dulce lírica gratuita y prolífica... Pocos, pero de haberlos, los hay. Dejemos esta tarea inconclusa, por lo mismo.

 

Coordenadas: 33°26'31.59"S 70°39'9.84"W 

NOTA: No todas las tapas son de JRC ni con mensajes poéticos. Ésta, por ejemplo, de un tal "O. Tapia", se encuentra en Moneda llegando a Morandé, muy cerca de la Plaza Constitución, y además de mostrar dibujos incomprensibles (lo que refuerza nuestra impresión de que son para evitar resbalones sobre el metal liso de la pieza) aprovecha de publicitar una página de internet.