_____________________

_____________________

martes, 30 de junio de 2009

LOS FASCINANTES CUATRO PISOS DE ENTRETENCIÓN DE "GAMES CENTER"

Tomé ésta maltratada imagen del local durante los años de su edad dorada, hacia fines de 1992. El espacio que ocupaba "Games Center" hoy ha sido totalmente remodelado y asimilado por una multitienda vecina.
Coordenadas: 33°26'27.68"S 70°39'2.54"W
En otros posteos hemos hablado de dos centros de videojuegos que fueron emblemáticos en el Paseo Ahumada de la capital chilena: los "Delta 15" y los "Diana", que abrieron camino a los entretenimientos electrónicos más populares que conoció la sociedad de Santiago. Sin embargo, a fines de los años ochentas o principios de los noventas (nunca lo tuve claro), en Ahumada 195 casi esquina Agustinas, abrió uno de los únicos locales de videojuegos que pudo darle competencia feroz a los otros dos monstruos del rubro: "Games Center", el centro de entretenciones que pasaba prácticamente repleto de escolares y universitarios durante todo el día.
Era un local extraño, situado exactamente al lado de "Los Pollitos Dicen", y distinto a los grandes salones de juegos que tradicionalmente existían. Como era más bien estrecho, compensaba su espacio con la altura: cuatro pisos conectados por una escalera, internándose hacia arriba del edificio que lo acogía. Con luces de neón en el segundo piso, "Games Center" se jactaba de esta condición "Cuatro pisos para su entretención", decía. Desde el más alto, uno tenía una extraña vista del centro por las últimas ventanas, inusual en un local al que se acceda por el primer nivel a ras del piso en el paseo peatonal.

miércoles, 17 de junio de 2009

LA PARROQUIA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EX VICARÍA PASTORAL OBRERA

Coordenadas: 33°26'60.00"S 70°40'37.98"W

Casi se pierde su menuda y esbelta figura entre los edificios clásicos de la proximidad inmediata a la Estación Central, allí en la dirección de Alameda Bernardo O'Higgins 3137 casi llegando a Chacabuco, junto al tradicional Colegio Zambrano, el instituto educacional y a la salida desde la estación del Metro en el lugar. Dos hermosos jarrones metálicos franceses similares a los que existían en el cerro Santa Lucía, escoltan el acceso a su pequeña explanada o patio frontal a modo de atrio.
Su color azulado es inconfundible, destacando pese a todo y de alguna manera. La sencillez neoclásica de su sobria fachada y su de torre-campanario contrastan con la actitud un tanto audaz de la figura del Cristo en la mediana altura, que parece amenazar con arrojarse de brazos extendidos sobre los visitantes que se aproximan hacia las puertas del pequeño templo, custodiado por un jardín de palmeras que esconden entre sus ramas cruzadas alguna parte del frontis. Un gran murallón marca sus límites con el viejo ex edificio del Colegio Zambrano, alzado allí en la Alameda desde 1890, según datos del propio archivo parroquial.
El interior de la nave es de una nave larga central bastante más espaciosa de lo que uno podría esperar juzgando sólo desde afuera. Predomina la sobriedad ornamental, ausente de barroquismos o grandes decoraciones. Quizás la única excepción sea un altar consagrado a San Judas Tadeo, con el respectivo recargo de placas agradeciendo los favores concedidos por el aparentemente muy generoso milagrero de esta parroquia.

lunes, 15 de junio de 2009

EL PASAJE DE CALLE CATEDRAL 2247

Vista de la entrada al pasaje por calle Catedral.
Coordenadas: 33°26'20.27"S 70°40'3.72"W
Se sitúa en calle Catedral 2247, a escasos metros de Ricardo Cumming y cerca de la Plaza Brasil, en uno de los sectores más antiguos y elegantes del barrio capitalino del mismo nombre. Destaca del entorno, sin embargo, por la belleza de sus altos edificios de tres pisos y por sus balcones realmente de vértigo. Adentro del pasaje, son de sólo dos pisos, pero con fachadas igualmente imponentes.
Llamado Catedral como la calle principal de la que nace, sin duda que es un recuerdo de la edad dorada del Barrio Brasil cuando fue, más o menos hasta el cambio de siglo, una sede residencial de la alta sociedad santiaguina, con balcones suntuosos y fachadas señoriales.

sábado, 13 de junio de 2009

HUMOR GRÁFICO DE JIMMY SCOTT EN LA ESTACIÓN BELLAS ARTES

Coordenadas: 33°26'11.38"S 70°38'39.45"W
Desde el 2 de junio y hasta el 4 de septiembre, se estará realizando en el salón de exposiciones de la Estación Bellas Artes, de la Línea 4 del Metro, la muestra "Metro a Metro: 50 años de periodismo gráfico", que partió con caricaturas del excelente ilustrador nacional Jimmy Scott, a quien habíamos mencionado ya al comentar una exposición realizada en la Biblioteca Nacional años atrás, sobre escritores es caricaturas.
Es una ocasión imperdible esta visita, además de ser totalmente gratuita. Los curiosos pasean entre paneles creándose toda una complicidad con los demás presentes, pues las risas se hacen incontenibles y casi compartidas. Y es que la selección de obras de Scott, especialmente las dedicadas a cuestiones de actualidad social y política, es sencillamente estupenda y muy bien presentada, salvo por pequeños detallitos.
Él, a su vez, demuestra cómo cumple con su pluma artística un rol de crítica y sátira inteligente, sagaz, que le coloca al lado de figuras insignes del humor gráfico chileno, como Jorge Koke Délano o Renzo Lukas Pecchenino, precisamente a quien relevó en las páginas de "El Mercurio" en 1988, tras su fallecimiento.

miércoles, 10 de junio de 2009

VINO TINTO Y LECHE CONDENSADA: UN TRADICIONAL PONCHE NO TRADICIONAL

Este trago fue relativamente popular entre los años ochenta y hasta parte de los noventa, por allá por los restaurantes y bares de Mapocho, Independencia, Recoleta y Vivaceta, muchos de los cuales ni siquiera existen ya, consumidos en el incienso del tiempo. Chupilca de leche, le decían algunos. Quizás no fue una vedette de barras populares, como hoy lo es un chicha-pipeño, un terremoto o incluso un schop, pero su presencia se notaba en aquellos años entre los chimberos, según me dicen.
La combinación puede resultar, para muchos, extraña e impropia: vino tinto, leche condensada y, a gusto de algunos, un leve espolvoreo de canela o gotitas de esencia de vainilla o canela... Ojalá de los más económicos a la venta, pues no se justifica usar productos de calidad para esta exquisita rusticidad.
La caña adopta un color amoratado y rosáceo, como un magenta aclarado, razón por la que en algunos lados este trago es sugestivamente llamado Pantera Rosa, Juan Rosado y otros nombres raros que siempre llevan su color por apellido. Como existe el peligro de irse por lo dulce, la preparación recomendada era un tarro de leche condensada por cada litro de vino, bien batido. Servir frío, de preferencia.
Sé que la mezcla no suena bien, pero no se puede entenderla sino hasta que se la prueba. Supongo que hay que tener algo de picante en el alma, por supuesto: quien esté acostumbrado a los tragos de sabores suaves pero de humores alcohólicos fuertes, no encontrará nada semejante en el banco de memoria y, probablemente, el gusto de este ponche sea demasiado agresivo para su paladar. En lo personal, sin embargo, no lo considero tan dramáticamente distinto a lo que a nosotros nos podría parecer el ponche de huevo navideño gringo o, para un turista, las primeras sensaciones de un cortejo con nuestro querido cola de mono.

viernes, 5 de junio de 2009

SECRETOS DE LOS EX SUBTERRÁNEOS COMERCIALES DE PASEO AHUMADA 170

Tomé esta fotografía a fines de 1992, en el empalme de Bombero Ossa con Ahumada. Aunque se encuentra en muy mal estado, la imagen permite distinguir cómo era el acceso techado a las galerías subterráneas de Ahumada 170, en aquellos días.
Coordenadas: 33°26'28.52"S 70°39'3.15"W
Lúgubres y pecaminosos; alegres y entretenidos. Para niños y para adultos, buenos y malos. Para inocentes y para culpables. Todos tenían alguna razón para pasar por allí, alguna vez en la vida, y la línea entre la sana entretención y la malicia estaba a sólo unos cuantos pasos más de diferencia, por unas escaleras siniestras.
Más cerca de los infiernos, la galería tenía sus pecados. Curiosamente, mientras más abajo se llegaba por sus escaleras, más cerca de arder en los avernos se encontraba el visitante de estos sótanos abisales de Ahumada, cuya entrada principal está en la boca del pasaje Bombero Ossa. En su buena época tenía accesos o interconexiones a distintos cines y restaurantes de los que hablaré a futuro, pues la época en que conocí estos sótanos ya era otra muy distinta y deslucida.