
Tomé esta imagen con el grupo anterior de fotos en 1993, más o menos, para mi curso de fotografía, con un anciano alimentando las palomas. Nótese que las palomas se veían entonces mucho más numerosas que en nuestros días.
Coordenadas: 33°26'16.50"S 70°39'1.20"W
Hace varios años, creo que en un día de esos en que vestía aún de uniforme escolar y paseaba por la Plaza de Armas perdiendo el tiempo después de clases, los transeúntes de este sector de Santiago sentimos una especie de latigazo sobre las ramas de uno de los árboles que por entonces se encontraban del lado poniente de la plaza, mucho antes de la remodelación con características de desmantelamiento que sufriría este lugar. El golpe vino acompañado de una lluvia de hojas cortadas por un rayo oscuro y la gritadera histérica de pájaros en los alrededores, principalmente gorriones.
Un anciano que barría tranquilamente el piso, mientras usaba su cotona de empleado municipal, observó casi sin sorpresa. “Es un chuncho”, aseguró con propiedad a los presentes, sin distraerse demasiado de su trabajo, salvo para tratar de espantar al depredador con el palo del escobillón. En efecto, entre las hojas verdes, entonces pude ver la faz hipnótica de un pequeño pero feroz chuncho de cabeza redonda y gris, con no más de quince centímetros de altura, con sus característicos ojos penetrantes y en una de cuyas patas se sacudía con las tercianas de la muerte un infeliz gorrión que le serviría de cena.