
Santiago Apóstol en lo alto de la Catedral Metropolitana.
El siguiente texto pertenece a Julio C. González y fue publicado por el
“Boletín de la Academia Chilena de la Historia” en su edición Nº 52 del
primer semestre de 1955, en el período en que esta noble institución se
hallaba bajo la dirección del destacado historiador nacional Jaime
Eyzaguirre. Por rescatar una parte importante de la historia de la ciudad de
Santiago de Chile y su vinculación con la tradición de Santiago el Mayor en
la Madre Patria, documentándose fundamentalmente en los archivos coloniales
del Cabildo de la ciudad, la reproducimos aquí enteramente.
La
rica y dinámica tradición del pueblo español, surgida allá en los lejanos
tiempos de las luchas entre moros y cristianos, perpetuó el símbolo heroico
y trascendente de la figura de Santiago el Mayor, el Apóstol de las Españas.
Desde Clavijo, su advocación creó una potencia de acción mística, cuya
semilla se esparció por la península madurando en el corazón de cuantos
necesitaron de su amparo. Pero su impulso fue aún mayor. La soldadesca, el
trotamundos y el misionero, que cruzó al otro lado de los mares en la
epopeya del Zebedeo, pudiéndose así afirmar que la gesta americana no fue
otra cosa que la misión santiaguista realizada más allá de los mares.