Se llamaba Jorge Silva Campos y nació el 17 de septiembre de 1946. Sin embargo, la inmortalidad de la vieja escuela del espectáculo nacional lo recordará por siempre con su pseudónimo artístico: Jorge Franco, también digno merecedor en vida de apodos tales como “El Maestro del Picaresque" y luego “El Rey de la Comedia”, entre su fiel público que lo seguía desde los años de la bohemia capitalina en históricos centros revisteriles donde comenzó su carrera.
Franco se caracterizó siempre por su humor irreverente y muy pícaro, mezclado con críticas sociales y políticas, en algunos casos muy sutiles y en otros explícitos, pero adaptándose siempre al contexto temático de cada época. Así, mezclaba astutamente en sus rutinas y libretos las apelaciones en doble sentido con referencias sobre cuestiones de contingencia y de las características de la sociedad chilena: las frustraciones, los temores, los tabúes generacionales. Por tal razón, sus principales personajes humorísticos eran típicos chilenos provenientes de los sectores más desposeídos: rotos, trabajadores menesterosos, pordioseros y figuras que guardan cierta semejanza con el talento multifacético de figuras casi talismánicas en la historia del cómic chileno, como son Juan Verdejo o Condorito.
Entre estas representaciones más famosas creadas por Franco, estaba un cartero agobiado por los trámites en el servicio público; un mendigo que pide dinero en un barrio hostil a los vagabundos; y un náufrago hambriento que viene de un largo tiempo abandonado en una isla. La única excepción importante a esta característica quizás sea el millonario residente del ficticio Condominio “Los Pininos” de La Dehesa, que competía y miraba peyorativamente la posición económica del animador del programa “Morandé con Compañía”, donde Franco realizó sus últimas representaciones televisivas.
En lo respectivo a su vida personal, el actor humorístico había contraído matrimonio con doña Virginia Aracena, formando una bella familia de tres hijos. Se le recuerda como un padre devoto de sus seres queridos, muy amado entre los suyos.