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viernes, 24 de noviembre de 2006

EL EDIFICIO LA QUINTRALA (PARTE I): ENTRE DOÑA CATALINA DE LOS RÍOS, LA TRAGEDIA DEL "SPORTSMEN" Y SUS DEMÁS TERRORES

Vista del Edificio La Quintrala y la Iglesia de las Agustinas en los años ochenta (fuente imagen: colección de "Iglesias de Santiago", tomada de colección particular de archivos de prensa).

Coordenadas: 33°26'25.68"S 70°38'57.09"W

Por muy serio y científicamente escéptico que se pretenda ser en la investigación histórica y urbana, hay casos en que es imposible abstenerse de abrir las puertas al umbral de la intriga sabrosa ("lo desconocido", le dirán los siúticos), sobre todo en una ciudad tan llena de enigmas y misterios arcanos, como es Santiago del Nuevo Extremo.

El caso anterior es el del edificio "La Quintrala" y también el de los tres restaurantes que han existido en los subterráneos de su galería, ubicada en Estado con Agustinas, según la leyenda reocupando espacios del subsuelo originarios de su siniestra dueña en pleno centro de la capital, donde la historia urbana se mezcla con cuentos siniestros de fantasmas y hechos insólitos.

Lo que se sabe es que, antiguamente, en el sitio donde se halla este edificio, habría estado ubicada la casa de la temida Quintrala. Por fotografías antiguas y descripciones hechas por don Benjamín Vicuña Mackenna, existía esta pequeña construcción solariega que había servido como local comercial, café y billar, donde después se levantó el edificio con su nombre.

Hay mucho más que decir al respecto, sin embargo. Su historia es una de las más curiosas de los edificios populares de Santiago.

Avisos publicitarios de la venta de locales y oficinas en el Edificio La Quintrala, publicada en "El Mercurio" durante noviembre de 1952.

LEYENDAS LOCALES DE LA VERDADERA QUINTRALA

Durante el siglo XVII, vivía en el punto señalado, en una gran casona señorial, la tristemente célebre Catalina de los Ríos Lisperguer, más conocida como la "Quintrala" por corrupción de su apodo Catrala. Controvertida descendiente de conquistadores españoles y bisnieta de la hija de un cacique de Talagante, en su seno familiar oscuro y polémico se dieron casos de gran impacto en la época, como cuando su madre y su tía (identificada con prácticas de hechicería y ejercicio de magia negra) fueron acusadas de intentar envenenar al Gobernador Alonso de Ribera por un lío sentimental, hacia 1604.

La poderosa influencia de su familia sobre la iglesia salvó a ambas mujeres de un castigo penal. Ello no fue impedimento para que la madre de la Quintrala asesinara a latigazos a la hija ilegítima de su marido, Gonzalo de los Ríos, e intentara envenenar a éste también. Además, dio muerte al indio que le consiguió las yerbas venenosas para poder ejecutar dicho plan.

 A pesar de los lirismos y los rasgos heroicos que algunos pretenden colgarle a su memoria, la Quintrala, practicante de ritos no menos sombríos que los de su tía, fue acusada de múltiples actos de crueldad y muertes brutales similares a las realizadas por su madre. En 1622 asesinó a su padre, también envenenándolo mientras yacía enfermo y en cama, en su caso con un pollo contaminado con una sustancia mortal.

A pesar de las denuncias de la hermana del muerto, sus influencias en la administración y en el clero pudieron más que la justicia, al contrario de lo que supone un curioso mito pseudo-revisionista actual, que intenta proponer que la pésima fama de la Quintrala se debería a las calumnias de la iglesia en contra de una mujer de comportamientos audaces y emancipados como ella.

Vista de la que había sido la vieja Casa de La Quintrala, justo donde ahora está el Edificio La Quintrala. A este sector del cruce, en los tiempos de doña Catalina, los santiaguinos le llamaban con apodos tales como la Calle de la Muerte.

A la Quintrala se le atribuye también el asesinato de un caballero de la Orden de Malta, tras seducirlo hasta su cama, aunque se culpó del hecho a uno de sus esclavos y luego se le ahorcó en la plaza. Hacia 1625, intentó sin éxito quitarle la vida con un puñal a su enemigo público, el vicario del obispado de Santiago, el Maestre Juan de la Fuente Loarte.

Al año siguiente contrajo matrimonio con el modesto militar Alonso Campofrío Carvajal, con quien se fue a vivir a La Ligua, dejando atrás las historias de horror y muerte de la casona de Estado con Agustinas y llevando su oscura fama hasta esas haciendas, donde terminó de concretar los cerca de cuarenta crímenes que la harían famosa y por los cuales nunca pagó, hasta su muerte en 1662. Esta casa de piedras y tejuelas de Santiago quedó abandonada por cerca de dos largos siglos, acrecentando las leyendas y mitos sobre la misma.

Presa de un terror incontenible al infierno y de un tardío arrepentimiento, la Quintrala dejó en su testamento 20 mil pesos para las misas en su nombre, más otras 500 para los esclavos que murieron en sus manos, con lo que esperaba salvar su alma. Pero parece que esto no bastó para el descanso de su alma atormentada, por lo que veremos.

En los tiempos de Vicuña Mackenna, se creía que la construcción esquinera que alcaza a aparecer en la imagen antigua que aquí se ve, había sido la propia casa de la famosa Catalina de los Ríos, y que ella estaría sepultada en algún lugar dentro del templo.

El “Señor de Mayo” o "Señor de la Agonía", con la corona de espinas de la efigie en la actual Iglesia de San Agustín. Según la leyenda y el folklore histórico, habría pertenecido a la Quintrala y estuvo en la casa original de ésta en la esquina vecina, donde ahora está el edificio.

Portada del libro de Vicuña Mackenna sobre La Quintrala.

EL EDIFICIO "LA QUINTRALA"

El fantasma histórico de la Quintrala nunca abandonó este sector de Santiago. A su muerte también habría donado parte de su fortuna a la iglesia de San Agustín, a un costado del sitio donde habitara, albergando el Cristo de la Agonía, luego llamado Cristo de Mayo, que ella supuestamente rechazara años antes alegando que la estatua le miraba de forma extraña, con malos ojos, por lo que la envió a la congregación. La mujer, acosada por sus temores y remordimientos, pagó tanto dinero para que se recordara y expiara su nombre en cada misa anual para dicha figura, que todavía la deuda se está cumpliendo, según la leyenda.

El nombre de este Cristo, por cierto, proviene de la fecha en que se produjo el terremoto del 13 de mayo de 1647, ocasión en que la corona de espinas del mismo cayó de su lugar en la frente quedando en el cuello de la imagen y sin que jamás haya podido ser colocada nuevamente en su posición original, como un extraño y escalofriante milagro negro.

Tito Mundt, en sus últimos años de vida, que acabó tronchada en el Edificio la Quintrala.

Así, con el recuerdo de la Quintrala tan fuerte y presente en la ciudad, hacia fines de los cuarenta se demolió el antiguo inmueble colonial y se levantó un edificio moderno sobre las cenizas de la antigua casona de la familia De los Ríos-Lisperguer, en Estado 215, siendo inaugurado en los cuarenta y con ventas de sus espacios iniciadas en 1952. Proyecto de la Sociedad Inmobiliaria San Martín S.A. ejecutado con planos del arquitecto René Aránguiz Saravia, los inversionistas tuvieron la idea de bautizarlo con el nombre de la malvada "Quintrala".

Originalmente sin ascensores según su actual administración (había que subir sus más de diez pisos a pie en sus primeros años), el complejo tenía por característicos sus vértices externos, casi en una síntesis con toques de bauhaus y algo de art deco ya sumido en un pulcro simplismo de estilo racionalista y academicista que, en nuestros días, sus diseñadores podrían haber asociado a algún rasgo minimalista en desarrollo, al menos en su aspecto externo. Algunos de sus primeros habitantes o sus descendientes aún residen allí, se supone.

Puede que los ascensores fueran instalados más tarde (no hemos podido confirmar el dato de que no estaban al inicio) y con tecnología europea de punta para la época, como nos informan, pero sí es un hecho que este edificio nació originalmente con los locales de su zócalo, su galería interior, un desaparecido pequeño cine subterráneo, el restaurante y la galería aún se ve en él.

Vista actual del Edificio La Quintrala, en la misma esquina junto al templo.

Vista de entrada por calle Estado, al fondo café "Kako's".

EL "SPORTSMEN" Y SU TRAGEDIA

Antes de pasar a los locales de su célebre sótano, cabe recordar que, entre otras historias fantásticas como las de apariciones y fantasmales gritos "de mujeres torturadas", este edificio tiene el estigma de haber sido el lugar donde encontraría la muerte el el recordado y prestigioso periodista chileno Santiago Tito Mundt.

Es conocido el accidente del famoso cronista y Premio Nacional de Periodismo 1956: cayó trágicamente al vacío desde el club y restaurante "Sportsmen", perdiendo así la vida en 1971. Pasado de copas, Mundt había comenzado a hacer piruetas como "ejercicios" en la ventana de los balcones de la terraza del club, 12 pisos sobre la calle y todavía allí situado. Un retrato del periodista lo recuerda desde entonces, allí adentro.

Vista de entrada por calle Agustinas.

Este local, ubicado en el último nivel del edificio y fundado por admiradores de la competencia hípica derivados del Club de la Unión mucho antes de trasladarse acá, se caracteriza no sólo por el exigente machismo que se le adjudica marginado a las mujeres de la fraternidad de socios (algo que, sin embargo, es más mito que realidad según nos parece), sino también por un hermetismo increíble, que prácticamente hace un misterio lo que suceda y exista detrás de esa puerta. Sólo se nos permitió mirar fugazmente al interior del local y su antigua barra de coctelería.

Con bar de lujo y carta refinada, el "Sportsmen" había nacido un día 6 de septiembre de 1912 por iniciativa de don Ricardo Lyon, Presidente del Club Hípico de Santiago. Y diríamos que hasta ahora sus socios parecen disfrutar del desconocimiento que existe sobre la existencia de esta suerte de cofradía, pues es uno de los círculos más selectos y exclusivos de Santiago.

Izquierda: Imagen del Piso 12 del Edificio "La Quintrala".

 

Entrada al selecto club "Sportsmen".

(Ir a Parte II de este artículo, referida al llamado Sótano de la Quintrala y los locales que allí han funcionado, con sus propios leyendarios).

5 comentarios:

  1. No entiendo a mi pais, como tras una puerta en un restaurante clausurada se esconde la historia,se lausura y se olvida , estos lugares debieran ser patrimonio nacional,conservados por el estado ,protegidos etc otro caso son las cavas encontradas tiempo atras, o las cuevas misteriosas del cerro Santa Lucia

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  2. No entiendo a mi pais, como tras una puerta en un restaurante clausurada se esconde la historia,se lausura y se olvida , estos lugares debieran ser patrimonio nacional,conservados por el estado ,protegidos etc otro caso son las cavas encontradas tiempo atras, o las cuevas misteriosas del cerro Santa Lucia

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  3. Y la "maldición" de La Quintrala continúa: Hombre muere al interior de café con piernas en centro de Santiago www.chilevision.cl/noticias/chvnoticias/policial/hombre-muere-al-interior-de-cafe-con-piernas-en-centro-de-santiago/2014-10-16/140702.html

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  4. Según tenía entendido, y algo que leí hace muchos años en un libro para niños pero educativo , el apodo “Quintrala”proviene de la planta parásita llamada Quintral, de color verde y flores rojas , apodo que se le dio a Catalina de los Ríos por tener el cabello rojo y los ojos verdes, y supuestamente ser tan dañina como la planta que al ser parásita vive sobre Arboles y arbustos y se alimenta de su savia matándolos finalmente. Muy bueno tu blog

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  5. Te Adoro Catrala ..algún día nos conoceremos ☺️

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Gracias por dejar su opinión en nuestro blog de URBATORIVM. La parte final de todas estas historias las completan personas como Ud.